Suomi (Segundas partes nunca fueron buenas, terceras?)

Llegado el sábado y tras una noche en la que dormimos aproximadamente bien, hicimos las maletas para ir a la casa de campo de Satu. Quedamos como siempre en la zona de Kamppi qui pugui (esta vez llegamos una media hora antes, todo hay que decirlo) con Mira y Matti e hicimos la compra de lo que sería nuestra cena, salchichas, brochetas, pan y plátanos. Por cierto, el pan de barra como nosotros entendemos no es el más común y si comen pan, suele ser uno así como más parecido al pan de molde (pan bimbo) de color negruzco. Recordar también que alguno de nosotros pudo haberse quedado encima de una piedra durmiendo pero esa ya es otra historia...
La estación de buses subterránea:


De camino al summer cottage pudimos contemplar el paisaje que era algo así como... aquí hay un árbol, aquí un río, cae el árbol, salpica el río. No hay nada más que echar un vistazo de cerca al mapa de Finlandia y ver que está literalmente agujereado por lagos.
Después cogimos un coche y nos fuimos de rallys, 6 personas en un coche en busca de la casa perdida en medio del bosque y entre medio de troncos talados y olor a escritorio.
El summer cottage se componía de dos casas de madera, varias pasarelas, una de ellas que llegaba directamente a un lago inmenso ideal para cazar cocodrilos, además de una canasta que dio mucho juego, porque la vida puede ser maravillosa Itu!
Se rumoreaba que habitaba por allí un tal mr. Karhu (oso en finés).


Pudimos comprobar eso de que cuando te vas al extranjero te sale la vena patria. Como decía el Pobrecito Infeliz, es como una esponja, como si hubiéramos ido absorbiendo toda esa cultura basura (o no), y que la expulsáramos en ese momento. Así que durante todo el viaje y en los momentos nescafé, sonaron charangas y piezas de nuestras bocas tan tradicionales como alcohol, alcohol, sarandonga no' vamo' a come', el Joan petit quan balla, chenchens ts chiquichenchens ts, el ball de la civada jo us el cantaré, I'm so lucky lucky, Kiwi melón- kiwi melón... y melodías de esa calaña..


Las horas caían y mientras unos disfrutaban de una sauna tradicional a 100 grados, otros intentaban buscar el calor en otra parte. Cuando hablamos del tema, la intención es lo que cuenta, y como todos vosotros sabéis un pequeño movimiento puede cambiarlo todo, o cambiar nada. Y eso es lo que finalmente pasó, nada.

Uno de los asistentes a la fiesta, el cual quiso preservar su identidad y al que llamaremos "x", declaró que cuando bebía alcohol perdía la timidez y se lo pasaba bien. Y es que el frío hacía aparición llegada la noche y las estrellas iluminaban un cielo perfecto al son de melodías punk-hardcore-metal-emo-ponga aqui su etiqueta que implique una guitarra. Hard rock hallelujah!

Un corrillo, y una hoguera que no perdía fuelle gracias a nuestro amigo "x". More fire!! a lo que le seguía un "Come on baby light my fire" ¿Por qué?!!! More Fireee!! Y así la noche crecía entre llamas e historias, músicas de mundo (descubrimos que Rammstein tienen un tema que balbucean castelllano) y estrellas de tierra y aire.

Al día siguiente, aprovechamos para jugar unos juegos baloncestísticos en los que Matt se proclamó un experto. Pero poco antes, una expedición marchó río abajo en busca de Gurb o Mr. Karhu sabe de qué... El caso es que remar no es una tarea tan fácil como todos creen. La coordinación juega un papel importante y la experiencia es la madre de la ciencia. 3 cuartos de hora de viaje nos bastan para llegar a un lugar a unos 300 metros de donde nuestro cayuco había departido. De repente, una lancha marina aparece: son los Baywatch... La patrulla se interesa por nuestro estado:
(ficción publicitaria)
- What are you doing here? (patrulla X)
- (...)
- What are you doing here? (patrulla X)
- (...)
.
.
mm estamos aquí al lado en casa de una amiga..
- ¿necesitáis salvavidas?
- No, gracias ;)
(/ficción publicitaria)
Así que tras atravesar el Amazonas y parte de la sabana africana volvimos ligeramente húmedos a nuestro punto de partida y con una historia más que contar a nuestros nietos.