Aquí estamos de nuevo en una nueva entrega de esto.
En nuestro segundo día cumplimos con nuestro papel de turistas a la perfección, bueno o prácticamente. La política económica siempre se basa en unos estándares marcados por la propia cultura y en la nuestra, tiene gran importancia el concepto del euroahorro en su vertiente más liberal.
Así que nos dirigimos después del acicalamiento previo matutino en busca de un supermercado en el que satisfacer nuestras ansias consumistas para acabar en un "Alepa", pronúnciese Álepa (en finés todas las palabras tienen el acento en la primera sílaba). Esto sería como un Caprabo de la zona pero con un poco de más monopolio. Tuvimos la tentación de salir por la puerta dónde salen los que no quieren pagar, situada estratégicamente para que la cajera no pueda verlo, pero nosotros somos ciudadanos ejemplares. La elección final incluía productos básicos de una dieta equilibrada formada por leche (es difícil encontrar cacaolat o algo similar), zumo, una especie de donut artesano con mermelada por dentro, una pasta con pasas, cookies y brownies.
Tras una larga búsqueda encontramos unos bancos, más bien era una especie de sitio para picnic, o jugar a domino, porque habían mesas también y desde allí criticarnos un poco entre nosotros, comer, contemplar la vida cotidiana con su gente paseando a sus perros, que por cierto los perros están sobredimensionados en Finlandia a parte de ser un poco diferentes (a recordar los perros-zorro y el perro-Rijkaard).
Mirando los edificios descubrimos una especie de cepillo para pies (ver siguiente foto) en la que puedes quitar la nieve. Además en Helsinki los timbres del interfono incluyen el nombre del inquilino en vez del número de piso, con lo que siempre nos quedará la duda de quien era aquel "Francisco" que vimos entre tanto nombre luterano.
Visitamos unas cuantas iglesias, una de ellas construida dentro de una cueva, además de la biblioteca de la universidad. Faltó darse de alta y llevarse unos cuantos libros, revistas, vídeos y demás contenido cultural, como hizo en su día en otro lugar un individuo al cual no quiero ni mirar... Tras esto presenciamos un desfile militar con su peculiar música acompañada de la presencia de unos mochileros que desfilaron acompañando a la armada finesa para regocijo del personal.
Llegamos hasta el puerto antes de pasar por un mercadillo donde encontramos sobre todo fruta (fresas y moras), vendedores peruanos, pieles a un módico precio de unos cientos de euros, joyas de vendedoras de joyas, paella finlandesa y salchichas, muchas salchichas. Las salchichas allí son uno de sus mejores platos, lo que me viene a la cabeza una frase que alguien me comentó que la cocina de allí estaba entre las peores del mundo. De todas maneras, decir que comimos bastante bien en todos los sitios en los que estuvimos y si nos podemos quejar de algo podría ser de la "lasaña" de un pizzabuffet en el que comimos y bebimos lo que quisimos por 7€. Por cierto, que a parte de McDonald's no vimos ningún otro monstruo de la comida rápida.
Algo más que aprendimos allí es la jerarquía aérea animal. Las gaviotas tienen el monopolio, ante unos sorprendentes (a veces un poco esquifidos) cuervos que solo pueden aullentar a nuestras amigas las palomas. Como gorriones que somos nos dirigimos en busca de nuestro buffet para tener una pequeña aventura en la oficina de turismo.
De vuelta a nuestro hostal pasamos por San Roque:
Y en el hostal nos encontramos a un nuevo compañero japonés de taytantos años (nótese aquí la influencia de Lina Morgan) que hablaba un idioma similar al inglés y que nos explicó que vivía en la tercera ciudad de Tokyo y no sé qué más. Si queréis más información, no soy el más indicado pues estaba intentando hacer una siesta en ese momento. Amigos para siempre.
Llegamos unos 10 minutos tarde marca de la casa a nuestra cita con nuestras amigas para comer unos pastelitos y guisantes en el minimacba de Helsinki, es decir un Half pipe y una especie de museo de arte contemporáneo al lado, y gente por ahi sentada en corros. La gente bebe cerveza en general y luego dejan las botellas por ahi tiradas, pero no os alarméis! Al rato aparecen un par de individuos con bolsas de plásticos que recogen esas bolsas para hacer su particular negocio: los supermercados tienen máquinas recicladoras de latas y botellas que recompensan al reciclador. Parece que en esta sociedad todo va sobre ruedas... hasta que llega la noche, pero la noche es la noche ¿no?. Las discotecas y pubs incluyen una mesa de blackjack ideal para público ebrio, además suelen ser bares-pubs con una pista de baile semi-apartada. A partir de una hora determinada se paga de entrada el servicio de guardarropía 1.50€, incluso sino tienes ninguna ropía que guardar.
De noche el cansancio y el alcohol hacía mella allá a las 3 de la madrugada tiempo ideal para hacer un poco el pardal por la calle y conocer a el conejo Andrés.
Y para finalizar, acabamos con una nueva entrega del espacio para la reflexión con las siguientes preguntas:
¿En qué sentido se mueve el agua en Nueva Zelanda?
¿ Has estado alguna vez en Teletubbielandia?
¿Bailaste Architecture in Helsinki en Helsinki?
Què li va dir el panxo al pinxu?
Ho haveu vist?!?!
1 comentario:
rubia, rubia, rubia, rubia!
panananáaa
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